martes

Dagas

El filo. Ese borde impreciso que nos dispara hacia un lado u otro.
Encontré lo que buscaba en este sitio fantasma.
Nunca vi a nadie en los días que llevo aquí, que por otra parte no son muchos.
Restos de una civilización.
Indicios desparramados por todos lados.
Me gusta esto. Encontrar un lenguaje disperso en una gran superficie.
¿Vendrá alguien? No lo sé.
Mientras tanto vivo y exploro esta ciudad vacía.
Y fascinante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pocas cosas mas estimulantes que una ciudad vacía.